Las Migas, con alas para volar bien alto

Uno no puede quedar indiferente al escuchar la música creada por Las Migas, un cuarteto español que carga sobre sus hombros la conjunción fresca de su mirada sobre sus tradiciones. Desde el flamenco, la rumba, atravesado por el filtro de la fusión, world music e incluso el jazz.

Por Mavi Martínez

En su último disco llamado “LIBRES” ellas le ponen la firma a su deseo de libertad, claramente desde el nombre, pero también a través de su búsqueda. Desde la apertura con “El querer de una morena”, donde nos invitan a salir volando por el mundo sobre sus palmas, voces e instrumentos, somos embrujados.

El paseo frenético baja solo unos pocos decibeles con la dramática pero picaresca historia de la pirata del amor “Antonia”. No obstante, ellas aprovechan para utilizar esta lírica para decirnos que no siempre la vida es como parece.

La cantaora de flamenco Estrella Morente es invitada para la luminosa “Alba”, donde bajamos un poco más las revoluciones, pero nos sumergimos en este aire que nos envuelve. Ese deseo de amar profundamente pero también de perder lo amado es plasmado aquí con una amalgama entre nostalgia y superación.

Continuando la travesía, sacan otro gran as bajo la manga con otra invitada, formando un elenco de "all stars". Se trata de la cantautora malagueña María Peláe, quien sumó su voz para “La cantaora”. “Es que mi canto no busca la redención ni ser sumiso, ni quiere que el corazón pida permiso, le sobra una explicación”, expresan las artistas en este postulado sobre el deseo y la libertad. Todo esto sobre una original mezcla entre elementos modernos y el folclore.

“¡Quédate conmigo a mirar la luna llena!” nos cantan Las Migas en “Mi surfero”, mientras nos podemos sentir acariciados por sus voces y por esas olas a las que hacen alusión al pensar en un buen y bonito querer. Una fuerte guitarreada llena de carácter y temperamento a esta canción que atrapa todo el espíritu flamenco del grupo.

Las chicas nos mecen más adelante con “Arena del sur”, una balada mística, donde una vez más sus voces se funden con guitarras españolas que plantan bandera reafirmando su identidad.

Uno de los grandes guitarristas de su generación, Tomatito, fue invitado para otro capítulo de este viaje. Es así que en “Rumba para que te enamores” el fuego nos abrasa, así como ese deseo que se despliega en la poética de esta canción que pone a la ilusión como hechicera.

Pero de esa gigante emoción pasamos al otro lado, a la desilusión en “Milonga del corazón”, que ahonda en ¿qué cosas pueden vencer al amor? Así también nos muestran, con esta elegante tonada, que la vida pasa, más volvemos a amar.

“El mar” es un vaivén rumbero que musicaliza la admiración del grupo por Cai (Cádiz, en castellano). Esa poesía tan propia de la propuesta de Las Migas, que entre figuras literarias como la metáfora, nos puede pintar en girones coloridos, cómo es ese lugar al que cantan con tanto cariño y recuerdo.

Este paseo sobre las voces e instrumentos de Las Migas, culmina en la mágica “Playa de Sanlúcar”, que entre sonidos de gaviotas y oleaje, nos deja un hermoso sabor de boca sobre lo que acabamos de vivir, sintiéndolo todo a pleno. Ese amor por la libertad, por sentir lo que queremos sentir, es más que nunca la oración que defienden con este álbum que las deja en lo más alto de la música popular epsañola.

Anterior
Anterior

Paiko triunfa en su juego de local

Siguiente
Siguiente

Zoe Gotusso: La hechicera