AINDA: Un portal hacia el amor más puro

Cuando quiero sentirme mejor busco la música de AINDA, aunque a veces solo consigo que me haga llorar más, porque me deja en estado de meditación y sus letras, sus voces y los sonidos con los que Esme, Yago y todos los que están detrás, eligen arropar a estas ideas, son brutales. Su música sabe qué cuerdas tocar, qué fibras contener y con qué intensidad arrullar al corazón cuando necesita un alivio. Al final está bien llorar, porque uno puede llorar de felicidad, de tristeza, de angustia, de preocupación, de alivio, y todo sale afuera. Así su música es como un vehículo. Uno no puede salir no conmovido por su arte.

Por Mavi Martínez

A veces o casi siempre me pongo a pensar cómo es que lo logran. Como seguidora de este proyecto desde sus inicios, desde todos sus álbumes, habiendo visto su crecimiento, también pudiendo verlos en vivo un par de veces (viajé para eso, porque lo valen) me atrevo a inferir que es porque buscan ser muy honestos con lo que hacen. Nunca van a hacer algo que no resuena con ellos mismos, con sus mismos sentimientos, sentimientos que quizás son los mismos que los nuestros. Seguro ellos también lloran de felicidad, de tristeza, de angustia, de preocupación, de alivio. Somos iguales, y al reconocerme en ellos es cuando todo funciona.

Si hablo principalmente de su último disco “TE QUIERO”, es porque siento que es como la cumbre de todos sus trabajos (aunque realmente cada uno es muy especial), pero claramente todo lo que hubo antes les llevó, justamente, a estar donde están. Eso sí, aclaro que esta es una visión muy personal, porque a fin de cuentas ¿qué reseña no es personal? Uno escribe lo que siente porque se siente absolutamente tocado por el arte y los AINDA son mis héroes favoritos.

Me centro en este álbum, de nuevo, porque siento que tiene todo y mucho de lo que uno siente en todos los momentos de su vida, además de que (por supuesto) la calidad técnica y de producción es cada vez mejor, cada vez más delicada.

“DOPAMINA” habla de reconocerse en el otro y es eso lo que dije al comienzo, uno de los motivos por los cuales uno resuena tanto con ellos y toda la comunidad alrededor. “Fue divino verte cambiar tanto” me parece una afirmación impresionante. Recordamos lo importante que es crecer y justamente cambiar. Todo esto nos dicen con una canción pop pegajosa y demasiado deliciosa. Hay guitarras eléctricas que se pasean por toda la obra con una claridad impresionante.

De aquí saltamos a uno de mis favoritos, “KILÓMETROS”. Un tema que lo cantan en compañía de Goyo de Bandalos Chinos. Esta canción es una invitación a flotar, a seguir caminando para adelante o también recordarnos que también podemos parar a veces, pero hay un sentimiento que siempre está presente deseando lo más hermoso a alguien: una pareja, una amiga, un familiar. “Yo sigo porque vivo cada sentimiento”. Es así como debemos vivir ¿no? Sintiéndolo todo.

El viaje sigue con “TE QUIERO MUCHO”, un tema con aires de rancherita pop, donde los AINDA siguen indagando en las formas de comunicarnos y pensando en cómo hacerlo. También recordando que parte del querer es dejar ser. En esa línea, de aprendizajes, de despedidas, de entender, aparece “ADIÓS”, una balada potentísima, que puede dejarte en el suelo si te agarra desprevenido. En compañía de Mateo Sujatovich (Conociendo Rusia), este tema nos quiebra con una delicadeza sorprendente. Ellos saben lo que sentiremos y se encargan de cuidarnos, de hacer un colchón para que nos acostemos y lloremos mirando a la nada.

“INFINITO” limpia nuestras lágrimas y con Perotá Chingó nos invitan a seguir corriendo, riendo, haciéndonos rememorar que hay que sonreír, sentir el viento “a favor de nuestros ríos”. Una vez más AINDA aquí hace énfasis en el concepto del espejo, nos recuerda que todos somos el otro, todo el tiempo, y el otro también es nosotros. Nos habla de que muchas veces hay cosas nuestras que vemos en otro y podemos reconocerlo así, si sabemos mirar a ese otro.

Este disco no está exento de preguntarse muchas cosas y para eso está “QUÉ PASA”, donde comparten canción con Feli Colina. En una obra de corte electro pop, místico y contemplativo, los artistas se hacen preguntas sobre el miedo, la libertad y el amor.

Los chicos de El Zar también son invitados a esta fiesta que continúa con “NO TE ALEJES”, porque sí, también podemos asegurar las cosas que queremos. “Voy más liviano cuando te veo” es una frase contundente sobre cómo el otro nos puede hacer crecer si nos quiere bien, de forma sana y con toda la intención de dejarnos volar.

“TRANQUI, MI AMOR” nos trae esas guitarras de los primeros discos, recordando que su esencia siempre está ahí, pero que ellos también son libres de crecer hacia donde quieran. Respirar, bajar ideas, mirar el cielo, caminar, llenar de aire limpio los pulmones. Esta pieza en clave de canción de cuna nos invita a ese proceso de conexión con nuestro ser más profundo a través del amor también más profundo. Seguimos escuchando y cobijándonos con las voces de Esme y Yago. ¿Qué importa? Total ya es tarde y la vida sigue.

El disco termina con “ROMPECABEZAS”, otro tema que si estás vulnerable puede terminar desatando todos tus nudos, pero finalmente puede hacerte entender muchas cosas que a veces no queremos ver. Este tema se mete de lleno a pensar en la relación con nuestros padres, y sí que creo que en este mundo no hay persona que lo tenga absolutamente todo resuelto con sus padres. Puedo también pensar, si voy profundo, que esta canción es sobre la muerte, ya no de los padres sino de los afectos.

Este final nos dice que la vida nos va enseñando a armar los rompecabezas de nuestras propias vidas respecto al mundo, algo que es muy difícil, porque no estamos libres de sufrimiento. Pero llega un día o varios, donde entendemos y se siente un alivio. Igual, siempre podemos seguir aprendiendo, buscando, volando. Qué mejor que con música que sirve como portal.

Anterior
Anterior

Leo Rizzi: Una voz que trasciende el tiempo y el espacio

Siguiente
Siguiente

Solme sigue conquistando con su viaje musical interestelar