Día del Libro: ¿Qué leen los músicos paraguayos?
En el marco del Día Internacional del Libro, desde Sintonía, quisimos explorar el amor por la literatura desde una perspectiva íntima y personal. Le preguntamos a varios músicos paraguayos —de distintos géneros musicales, trayectorias y generaciones— cuál es ese libro que los ha marcado de forma especial. Lo que descubrimos no solo confirma la importancia de la lectura, sino también lo profundamente ligada que está a la sensibilidad artística. La literatura aparece como una fuente de inspiración, refugio y espejo emocional para quienes crean e interpretan desde el sonido.
Por Mavi Martínez
Belén Pinto: “Carrie” de Stephen King
Me atrapó la estructura, el relato, lleno de recortes de noticias, reportes policiales que le daban un contexto tan realista, y a la vez turbio. La historia misma, de una chica que se hace consciente de que tiene un gran poder, y como todo su entorno, la madre religiosa, la crueldad del bullying, y el ser una chica “rara”, la llevan a su límite más destructivo. Me encanta también que haya sido una obra no muy valorada por el autor, porque finalmente fue la que le llevó a la fama.
Alan Contrera: “Mil soles espléndidos” de Khaled Hosseini
Una historia devastadora que me atravesó el alma. La narrativa me transportó por completo. Hasta sentí que era un testigo de lo que ocurría. Amor, tristeza, curiosidad, esperanzas y ganas de luchar son algunos sentimientos que redundaron en mí. Me hizo tocar tierra y recordar que, cada persona tiene un valor inmenso intrínseco y, al mismo tiempo cuán frágiles que somos. Es una historia desgarradora que te conmueve y genera sentimientos encontrados. Uno de los mejores finales que he leído.
Afi Ferreiro: “Verdades y mentiras sobre la Guerra de la Triple Alianza” de Jorge Rubiani
Un libro que es muy útil para depurar lo mal enseñado que tenemos el tema en las escuelas y el escueto conocimiento, también para tener un conocimiento depurado porque nos sirve para ir leyendo más sobre el tema.
Seba Elizeche: “El intermediario” de John Grisham
Tengo un libro en particular al que siempre vuelvo. Es una historia que tiene raíces en política, espías y alto poder norteamericano. Pero por lo que vuelvo siempre es por la forma en la que se desarrolla el personaje frente a un cambio radical de su vida y su adaptación a la nueva. Esta es una de esas historias en donde el autor logra que empatices con quien claramente sería el villano en la vida real. Me lleva siempre a la reflexión de alguna forma todos somos héroes o villanos, dependiendo de quién mire y cómo se cuenta la historia.
Berta Rojas: “Why Nations Fail” de Daron Acemoglu y James Robinson
Ahora mismo estoy leyendo “Why Nations Fail” (Por qué fracasan las naciones) de los ganadores del premio Nobel de Economía Daron Acemoglu y James Robinson, lectura necesaria para toda la juventud por el contexto histórico que da a las grandes decisiones económicas que marcan el presente de nuestras naciones.
Sol Gómez: “La sociedad del espectáculo” de Guy Debord
Si bien me pareció un libro complejo de leer, en el sentido de que unas 5 páginas ya me hacían sentir el cerebro cargado, fue un libro que me cambió la forma de verme como artista. Lo que aprendí de ese libro es que el escenario es una plataforma en donde se refleja lo real o imaginario de la sociedad. Sin embargo, si uno no imagina la realidad antes, no existe puede existir. Así que, si yo como persona quiero una sociedad más justa, más equitativa, más en coherencia con lo natural, primero tengo que poder imaginarlo en el escenario, ¿cómo lo represento ahí? ahí está mi tarea como artista, como trabajadora de la cultura. O sea, el espectáculo al final sostiene la sociedad ya que es una representación general de la realidad vivida. No existe si no se ve.
Sofi Barudi: “La mujer helada” de Annie Ernaux
Me pareció un libro súper atrapante en el que la protagonista va narrando con mucho detalle su biografía, hablando de las mujeres de su vida, reflexionando sobre sus roles, sus relaciones con otros, sus formas de ser y estar en el mundo como mujeres, a la vez que analiza su propia relación con "la feminidad". Me hizo reencontrarme con el elemento del deseo propio como algo que puede o no coincidir a veces con las clásicas narrativas predeterminadas para la mujer (el marido, la casa, los hijos, el ser ama de casa, los mandatos estéticos) pero el tema es poder reconocer y hacerse cargo de ese deseo. Fue una reconexión con mi forma de habitar mi cuerpo de mujer y un recordatorio de que tengo el privilegio de poder elegir.
Lucero Sarambí: “Un mundo feliz” de Aldous Huxley
Es un libro que leí hace años y me impactó. Es una obra distópica que anticipa muchos aspectos de la sociedad moderna y hace una crítica al control social a través del placer y la tecnología. Nos hace reflexionar sobre la libertad, la felicidad y el costo del progreso. Aunque es una historia escrita hace casi 100 años, toca temas muy vigentes en el mundo actual.
Daisy Lombardo: “Memorias de Adriano” de Marguerite Yourcenar
De indiscutible relevancia en mi historia personal y grabado a fuego en mi recuerdo, recurro a este libro cuando preciso respuestas. Con una belleza discursiva y filosófica profunda, es un pasaje sin dudas a cuestionamientos que hacen a la experiencia humana y sus límites.
Julia Peroni: “El elemento” de Ken Robinson
Un libro que marcó el encuentro conmigo misma es este. Un libro que trata sobre el encuentro de lo que sos con lo que te apasiona. El atreverse a romper paradigmas al aceptarte, descubrirte y entender que existe el lugar donde lo que sos sirve, te sirve y las cosas fluyen.
Mati Caballero: “Hojas de hierba” de Walt Whitman
Cuando tenía 16 aproximadamente me regalaron este libro de poesía. Hasta ahora tengo temporadas donde me quedo releyendo y me sigue despertando lo mismo que cuando leí en su momento. Es una muy buena fuente de inspiración si escribís. Aparte que en esa época me obsesioné también con “La sociedad de los poetas muertos” (la peli) donde también le mencionan a Whitman y lo único que tenía de él era ese libro. Así se fue retroalimentando ese amor.
María Ríos: “Descolonizando afetos: Experimentações sobre outras formas de amar” de Geni Núñez
Fue una especie de revelación, justo luego de participar de una ceremonia ancestral, en el 2021, allá en Serra Sagrada, Belo Horizonte. Fue el libro que me hizo ver que estoy tan invadida de pensamientos y sentimientos occidentales: mi forma de amar, atrapada en la monogamia como único camino válido. Más de 15 años de relaciones monógamas que no me funcionaron y decidí otra forma de vincularme, aunque al principio me sentí sola. El libro me ayudó a entender que esa soledad no era por “amar mal”, sino por desafiar un sistema que limita los afectos. Ahora como que me siento más libre, consciente de que hay muchas maneras legítimas de amar y de habitar los vínculos. Con esto no quiero satanizar la monogamia ni nada, a quien le funciona, felicidades, pero a mí no me funcionó y sé que ya no la quiero en mi vida.
Pablo G. Blaya: “Crónicas marcianas” de Ray Bradbury
Lo elijo porque, más allá de ser un clásico de ciencia ficción, siento que es poesía disfrazada. Bradbury no escribe sobre Marte, escribe sobre la nostalgia, el miedo, la belleza y la pérdida con una sensibilidad imposible. Es un libro que te hace mirar las estrellas al mismo tiempo que te hace mirar hacia adentro. Me marcó mucho cómo logra hablar del ser humano en su forma más íntima desde un planeta ajeno y lejano.
Rafa Coscia: “La carretera” de Cormar McCarthey
¡Me encanta como escribe este señor! Uno de los supuestos grandes autores americanos. En este libro Cormac McCarthey explora la relación entre un padre e hijo en un estado post-apocalíptico. Lo que más me cautivó a la hora de leer fue el estilo y la atmósfera que se crea. Es bastante terrorífico en momentos y hermoso en otros. ¡Recomendadísimo!