El cine que incomoda

Cuando los buenos amigos de Sintonía me invitaron a proponer y escribir sobre películas lo primero que recordé fue la primera vez que fui al cine y la primera película que vi. Y esa primera vez fue con tan solo 12 años y lo hice en el ya extinto cine Cosmos, una de las tantas salas que existían por el centro de Asunción.

Por El Cuervo (@toyrude)

En mi primera doble función (porque antes pasaban dos películas por el precio de una), esas dos películas no tenían nada que ver una con otra. Esa primera vez fueron “El mago de Oz” (1939) y la segunda fue “Flash Gordon” (1980). Ahora que lo pienso, no solo estaba viendo dos películas, sino dos géneros por el precio uno, dos géneros que abrieron no uno ni dos mundos, abrieron un universo y últimamente multiversos de historias que contar.

Mucho tiempo después aquí estoy, escribiendo sobre una de las cosas que me impulsan y me motivan a crear todos los días. Abro las puertas de la subjetividad con mi visión sobre el cine en Latinoamérica proponiéndoles tres películas, sabiendo que percibimos y sentimos el arte de diferentes maneras, eso lo hace infinito. Y si nos genera rabia, tristeza, alegría, incomodidad cumplió su cometido.

Ese cine que incomoda e interpela 

Porque películas como “La mujer del animal” (Colombia – 2016, de Víctor Gaviria) interpela en cada escena, juzga y deja en evidencia una serie de creencias y comportamientos construidos y eternizados por abuelos, padres, hijos, hermanos. Es tan real esa incomodidad e interpelación que genera muchas veces en aquel que lo siente que necesita convencerse de que solo es ficción para no hacerse cargo de su historia o de modificar su “Siempre fue así y así continuara”.

¿Dónde se puede ver?: JustWatch.

Así como en “Nudo mixteco” (México – 2021, de Ángeles Cruz) con sus tres historias, donde se imprimen y naturaliza esas creencias y comportamientos construidos y eternizados, muchas veces viciando los espacios que creemos seguros como la familia, donde la discriminación y la complicidad ante los abusos retumban en el absoluto silencio.

¿Dónde se puede ver?: MUBI.

El cine latinoamericano, nos muestra la crudeza de la violencia hacia las mujeres, los animales, la explotación, luchas y derrotas en el anhelo de un mejor vivir y destroza estereotipos del amor hegemónico, romantizado e ideal. Pero también están las pequeñas victorias, esas que cuestan vidas, esas que cuestan humanidad. En “La hija de todas las rabias” (Nicaragua – 2021, de Laura Baumeister) las adversidades y la crudeza del entorno son mitigadas con la imaginación y transferencia de poder de una madre a una hija, para que pueda sobrevivir. Pero siempre hay algo o alguien a cambio del bienestar.

¿Dónde se puede ver?: Prime Video.

 

¿Por qué incomoda, juzga, interpela? ¿Es porque cuesta vernos?

¿Será que eso violento y visceral del cine latinoamericano nos describe, nos desnuda y nos deja en evidencia? Tanto que cuando hacemos la vista gorda y hacemos como que no percibimos la violencia es porque la estamos ejerciendo en mayor o menor medida. Por eso me gusta el cine latinoamericano, porque interpela e incomoda cuestionando prácticas, creencias, formas y nos regala la posibilidad de elegir destruir y volver a construir, de modificar y de cambiar el “Siempre fue así y así continuará”.

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